jueves, 24 de marzo de 2016

Comunidad Blogger Venezuela - Cap. 1


Una mezcla de nervios y emoción me asaltaban esa mañana, combinado con un poquito de miedo, claro está. Mientras buscaba qué ropa usaría me cuestioné si sería lo mejor hacer esa locura. Tenía ese presentimiento que algo malo pasaría. Qué tonta me sentía. Solo era una reunión con un par de chicos como yo, ¿qué es lo peor que podía pasar? Me reí, generalmente en las historias esa pregunta solía traer cosas muy malas. 

Con 21 años ya tenía 4 años escribiendo, muy poco comparado con otros escritores que conocía. Un hobbie descubierto tardíamente que me proporcionaba mucho placer, pronto se convirtió en un sueño. Me veía a mí misma haciendo eso por siempre, publicando libros quizás. Empecé a estudiar Letras como parte de ese sueño, más adelante abrí un blog. Pero había una gran pared impidiéndome avanzar. Ese impedimento era yo, o más bien mis inseguridades. Mantuve el blog oculto al público casi 2 años antes de atreverme a dejar que alguien más viera lo que muchos llamarían un talento. Para mí nunca era suficiente. Así fue hasta el año pasado, una voz dentro de mí me dijo ¡Basta! Hice visible el blog y comencé a tomarlo como algo serio. La inseguridad seguía allí pero tenía una nueva motivación que hasta ahora no conocía.

- Kéllyta, ¿tú no tenías que salir? – Escuché la voz de mi madre sacándome de mis pensamientos.
- ¿Qué hora es?
- Las 11, ya es tarde.

Solté una grosería antes de apresurarme. ¿Por qué me costaba tanto ser puntual? Comencé a hacer cálculos mentales. Tenía que estar en Caracas a la 1, si salía ya podía llegar a tiempo. Solo me faltaba peinarme. Bueno, saliendo en treinta minutos solo llegaba un poco tarde nada más. Soy un desastre.

Cuarenta y cinco minutos después, tras una revisión en el espejo, decidí que mi aspecto no me molestaba tanto. Me despedí de mi madre con un beso y salí corriendo, vivir en San Antonio era muy tranquilo pero ir a Caracas siempre se sentía como una carrera contrarreloj, de allí mi relación amor-odio hacia la ciudad donde vivía. La fortuna estaba de mi lado, sin embargo, no había tráfico y el camino se hizo rápido. Debe ser el día, me dije. Las calles estaban bastantes vacías pero siendo domingo podía entenderlo. Hasta el metro decidió ir rápido, qué suerte. 

A la 1:05 pm ya estaba en la entrada del Parque del Este (Parque Miranda, corrigió mi mente). Se supone que allí nos debíamos reunir, ¿y si nadie venía? Me sentía bastante tonta viendo a todos lados, hasta que encontré lo que buscaba, unos jóvenes alrededor de un cartel que decía “Reunión de Bloggers 2016”. 

Vamos, no es como si te fueran a comer. 

Me acerqué a ellos con mi mejor sonrisa, podía sentir el rubor en mi cara. 

Ojalá no lo noten. ¿Qué tengo que decir?

- Hola, hola, ya llegué, no esperen más. 

Eso, un chiste malo para comenzar, perfecto.

Una chica se me acercó; era un poco más baja que yo, de tez pálida, grandes ojos negros y cabello corto oscuro. No era muy buena con los rostros pero la reconocí de la Comunidad de Bloggers venezolanos en Facebook. Por su ropa y aspecto podía pasar por una chica gótica. Se vestía bien. Me miró un poco seria, como evaluándome. 

¿Por qué me mira así? ¡Qué pena! No me veo tan mal.
 
Parecía decidir si saludarme o no. Después de aparentemente aprobar su examen, adelantó su mano.

- Oh sí, al fin llegó nuestra salvación – dijo, sarcásticamente. – Menos mal nadie necesitaba algún antídoto porque alguien estaría muerto.
- Solo llegué ligeramente tarde. – Respondí, mitad en broma y mitad en serio.
- Entonces alguien estaría ligeramente muerto.
- Como dices, agradezcamos que no me tocó traer antídotos – Estreché su mano y sonreí, me sentía mejor bromeando, ayudaba a entrar en confianza. – Mucho gusto, soy Kéllyta. – Completé un poco más seria.
- Hola, me puedes decir Hanna. Ven, ya casi estamos todos. No eres la última en llegar. Vamos a dar 10 minutos más y empezamos. – Nos acercamos al pequeño grupo que había reunido – Chicos, ella es Kéllyta, como ya les dije más adelante nos presentaremos todos debidamente.
- ¿Ya o todavía faltan más impuntuales? – Pude escuchar a alguien murmurar.

Alguien anda de mal humor, tampoco fue tanto tiempo.

Justo como sospeché, esa chica tenía cierta aura de líder. No por nada la iniciativa de reunirnos hoy había sido de ella. Me uní a los demás tras un breve saludo. Todos los nervios que había perdido hablando con Hanna habían regresado, estar rodeada de muchas personas me atemorizaba. 

- ¿Kelly? – Una voz, masculina, me hizo pegar un brinco. – Tranquila, tranquila, soy John, ¿recuerdas? Me dijiste que viniera. Perdón por asustarse, es que eres la única que conozco de los que están acá, te reconocí por tu foto.

Me voltee y me encontré con un chico más bajo que yo, de complexión un tanto musculosa. Sus ojos eran bastante verdes, cabello castaño oscuro y su piel tostada.  A diferencia de él, yo nunca lo había visto en fotos. Con el entusiasmo del día ni siquiera me había molestado en confirmar su asistencia. Habíamos interactuado frecuentemente en nuestros blogs ya que, como el mío, el suyo también tenía un estilo narrativo un tanto oscuro.

- Luces como si te fuesen a hacer algo terrible, deberías relajarte mujer. – Bromeó.
- ¡Qué malo! Es que las multitudes me alteran.
- ¿Multitudes? ¿Has mirado alrededor? Estamos en el Parque Miranda, un domingo, y esto está vacío. Casi somos los únicos. Quizás la señorita Hanna armó todo esto para secuestrarnos como ha secuestrado a toda Caracas.

Una alarma en mi cabeza empezó a sonar, ya había visitado este parque antes un domingo y era cierto. La gente venía aquí con sus hijos los domingos a hacer deportes y recrearse. Empecé a hacer memoria, la camioneta en la que bajé tardó bastante en llenar pero lo atribuí al día, así como la poca gente en el metro. 

No hay que ser paranoicos, es domingo y es perfectamente normal. La gente escogió estar hoy en casa. 

John empezó a reír.

- Debiste ver tu cara, bájale a tus nervios, solo bromeo.
- Ja ja, no me simpatizas. Me debes una.
- No deberías bromear con eso – nos interrumpió una voz a nuestro lado, con un toque de acento de los Andes – ¿Te imaginas que hoy se formara alguna protesta?

Me sorprendió un poco el comentario, tan directo. Hice memoria a ver si recordaba a la chica pero no se me hacía familiar. Por la mirada de John, él tampoco la reconocía. Usaba lentes, tenía el cabello castaño liso y piel clara. Lo que más llamaba mi atención era su rostro, lucía como el de una chica muy joven, el que estuviera comiendo chocolate no ayudaba. ¿Acaso tenía ya 18 años?

- Intentaba romper el hielo, solo es un día tranquilo y ya – respondió John después de sacudirse la extrañeza.   

La chica lo ignoró, o más acertado sería decir que se distrajo con su dulce. Empezó a llegar un poco más de gente, reclamando nuestra atención. Hanna finalmente alzó la voz para sugerir que entráramos al parque. Como si de una orden se tratara, empezamos a andar. Una chica corrió hacia nosotros.

- ¡Ya va! ¡Espérenme! – Se había quedado sin aliento la pobre, me recordó a mí cada vez que llegaba a un lugar tarde.
- Hola Génesis, ¿qué pasó? ¿Te perdiste? Me tenías un poco preocupada – le dijo Hanna, al parecer ya se conocían.
- Fue culpa del metro, tenía retraso, no sé qué pasaba. Ustedes los caraqueños son muy valientes. 

Finalmente entramos al parque, la idea era compartir una comida y conversar del mundo blogger y de cada uno. Yo esperaba formar nuevas amistades entre esa gente con la que compartía algo en común, el amor por la escritura y los libros. Escogimos un sitio donde había una porción grande de grama para sentarnos en círculo, algo alejados de todos, protegidos por una colina de miradas curiosas. Hubo un par de personas que pusieron mala cara pero se sentaron también, refunfuñando. ¿Qué parte de “parque” no entendían? Quizás esperaban sillas cubiertas de terciopelo. Yo no puse objeciones y me senté sin más.

Fashion bloggers, seguro. 

- Ahora que estamos aquí, bienvenidos oficialmente a la primera Reunión de Bloggers. Yo soy Hanna, como todos ya saben, de “Hanna Blog”. Me gusta mucho leer y tomar fotos, con mi blog deseo hacer llegar el amor por la lectura a todos los jóvenes como nosotros. ¿Qué les parece si cada uno se va presentando y haciendo una pequeña descripción de su blog?

Oh no, presentarme. No me gusta cómo suena eso. 

Aparentemente, como yo, ninguno encontraba atractiva esa idea, o simplemente no deseaban ir primero.

- Me hubiesen dicho que ya se conocían todos y no hacíamos esta reunión, podemos irnos entonces.
- Baja un poco tu sarcasmo Hanna que van a creer que eres un ogro – dijo un chico, su acento delataba que era del estado Zulia.

Afortunadamente eso bajó la tensión y todos nos reímos. El mismo muchacho que comentó eso se levantó. Era muy alto, pero aparte de eso, su aspecto era “común”, ojos y cabello castaño corto, delgado. 

- Voy yo primero, para que dejes de quejarte. Hola, hola. Mi nombre es Alan, mi blog es “Tinta nocturna”. En él hay libros, hay cine, hay historias, hay música. Y no sé qué más quieres que digamos, esto parece reunión de AA. – Se sentó de nuevo.
- Con respecto a eso de música, ya te dije que hay que revisar tus gustos. – Le molestó Hanna, haciendo comillas con la palabra música. 

Yo no terminaba de agarrar suficiente ánimo para presentarme, distintas frases graciosas me pasaban por la mente y ninguna me convencía. Dejé que otros tomaran mi lugar. Entre una de esas personas le tocó a una chica bajita y delgada, morena de piel. Era de las que tenía mala cara cuando nos tuvimos que sentar, ahora portaba una sonrisa enorme. 

¿Tendrá doble personalidad?
 
- Yo soy Betty, tengo poco tiempo en este mundo de los blogs. Descubrí lo divertido que era leer y eso me llevó a abrir “El amor a un libro”. Soy del estado Vargas. Mi color favorito es el fucsia. ¡Y ya! 

Una vez alguien me dijo que me creía diferente por leer, cuánto me gustaría mostrarle la cantidad de personas que disfrutan de ese hobbie como yo. Cualquier mal presentimiento de la mañana, ahora lo había olvidado por completo.

John me dio un pequeño golpe y regresé al mundo real.

- Después de mí vas tú, prepárate.
- ¿Cómo?

Se levantó, aclarándose la garganta. Tenía un aspecto serio y tranquilo.

- Buenas tardes, mi nombre es John, pero hay demasiados John en el mundo así que prefiero Serazor. Mi blog se llama “La Mitología Serazor” y en él escribo casi cualquier cosa que me venga a la mente, por lo general cosas que pueden causar ganas de fumar un cigarro mientras escuchas las canciones que le dedicaste a tu ex. Ella es Kéllyta, ¿verdad? – Me señaló y yo me sonrojé, aún no estaba preparada pero ahora todos me veían así que me paré.
- Sí, yo soy Kéllyta. Hola. Me daba miedo venir porque creí que me secuestrarían. – Me reí nerviosa, un par de risas me acompañaron, apoyándome – mi blog es “The Girl with the Fairy Tattoo”, escribo relatos y reflexiones de la vida. Eso, sí.

Me senté rápido, suspirando. Lo peor ya había pasado, creí. Me concentré en seguir escuchando las presentaciones.

- Creo que me toca, soy Génesis y vengo de un poco lejos, de Maracaibo. Es mi primera vez en Caracas. Como a muchos acá también me gusta leer y en mi blog hago booktags, reseñas y cosas relacionadas con libros o cine. – Era la chica que había llegado de última, me agradaba su aspecto, parecía una persona sencilla y agradable. Una parte de mí, esa que era intuitiva, sentía que se mostraba distante - ¡Ah sí! Mi blog es “Ojos soñadores”.

Todavía faltaban varias personas, sentí que cumplía una meta personal al no ser la última en ponerse de pie. Es verdad que había sido presionada por John, pero era un inicio alentador. Noté que la chica del chocolate aún no se había levantado, quizás necesitaba un empujón como yo.

- Buenas tardes, me llamo Gisselle. Me gusta mucho la música, toco el clarinete. Mi blog es “Una Travesía Literaria” porque sí, me gusta leer. Soy de la ciudad que protagoniza Oficina Nro. 1, de Miguel Otero Silva, El Tigre. – A medida que iba avanzando, hablaba cada vez más rápido, quizás producto de la emoción.
- Hey, tú, ¿no te vas a presentar? – No pude evitar acercarme a ella, por lo que lograba observar solo faltaba una o dos personas más.

Me vio, como si despertara de un sueño, y me sonrió. Por respuesta lo único que obtuve fue verla levantarse.

- Hasta ahora todos me han caído muy bien, aunque algo me dice que él es muy mayor para estar con nosotros y tampoco se ha presentado – dijo señalando a un joven – yo soy Jessy, de La Victoria, mi blog es “Viajemos entre páginas”. 

Para ser justos, sí luce un poco mayor.

Todos nos quedamos en shock mientras ella se sentaba, como si nada. Sin saber qué decir, pasó un segundo hasta que una risa rompió la tensión.

- Un poco muy honesta, ¿no? Creo que acabo de ganar el premio a la mejor introducción. – Era el no-tan-joven en cuestión. Un poco más alto que Alan, con lentes y una barba descuidada que quizás era la culpable de su aspecto “mayor” – Mi nombre es Ramón, tengo 25 años así que no soy tan viejo, ¿ok? Como Jess, soy de Aragua. No tengo blog pero también me gustan los libros y he pensado abrir uno. 

Así que el malhumorado de antes eras tú, intruso.

Al finalizar las presentaciones comenzaron las distintas actividades que se traían preparadas. Entre algunos juegos para romper el hielo, lecturas conjuntas, trivias, debates y otros pronto se nos hizo las 3 de la tarde. La estaba pasando muy bien. El parque cerraba a las 4:30 y a esa hora planeábamos irnos. Lo último en la agenda era el compartir de comida. Distintos grupos se dispersaron, mucho más cómodos. Por algún motivo Hanna, Génesis, John y yo terminamos juntándonos. 

- ¿Y si vamos al cine? – Comencé a decir – Podemos decirle a todos y que vengan los que estén interesados, aún es temprano y...

Algo interrumpió mis palabras, un grito. Todos nos pusimos alerta, alarmados por la súbita perturbación. 

- Eso no ha sonado como alguien pasando un buen rato en el parque – dijo John sin perder su habitual sarcasmo, pero sin burla.
- Para nada, quizás deberíamos ir a ver – sugirió no muy convencida Génesis.
- Tal vez alguien se cayó, vamos. – Sentenció Hanna llevando la delantera.
- Hey, espérenme, no es seguro – Ramón se acercó, tomando a Hanna por la muñeca para colocarse al frente. 

La seguimos a pesar que el miedo aceleraba nuestros corazones, por mucho que lo intentáramos ocultar. Ese grito tampoco parecía el de alguien cayéndose. Lo que vimos al terminar de subir la colina, que nos separaba del resto del parque, nos heló la sangre. Estuve a punto de gritar de no ser por la mano de John tapando mi boca. Era una persona. Y entre sus manos se encontraba la cabeza de lo que antes había emitido un grito, una mujer. 

Alguien jaló mi camisa, corrí con la mente nublada. Imposible, repetía la voz en mi cabeza una y otra vez. Sin querer había empezado a llorar. Algo en mí sabía que esto no era un sueño. Peor aún, algo dentro de mí presentía que todo esto pasaría. Nadie nos iba a creer, era todo lo que podía pensar mientras llegábamos al grupo de bloggers con el que felizmente nos habíamos reunido. ¿Qué íbamos a hacer ahora?

jueves, 17 de marzo de 2016

Premio Blogger House


Y otra vez ayer me sorprendieron en plena jornada laboral. Juan Carlos, escritor en innumerables blogs, ha ganado el premio a la mejor entrada en Febrero 2016 de Blogger House. Este honor viene con una pequeña responsabilidad: nominar 10 blogs que él considera están contribuyendo a la blogosfera con contenido de calidad. Y sí, ¡este blog logró hacerse un lugar entre esas 10 posiciones!

Las normas del Premio son las siguientes:
  1. Agradecimiento público al bloguero del que se ha recibido el premio.
  2. Nominación en una entrada de tu blog personal a los 10 blogueros que a su juicio más contribuyen a la blogosfera.
  3. Notificación pública a los blogueros nominados.  
  4. Exhibir el logotipo del premio en tu blog.

Como no me quiero repetir, solo tengo 7 nominados que son: (menos mal no soy juez en nada de vida o muerte porque soy muy crítica) 

Voces del Cerro Aislado de Sergio Omar Otero
La Mitología Serazor de John Molina
La caricia del gato negro de Andoni Abenójar
Mi proyecto de escritura de Micaela Cataldi Evia
Apestas a poesía de Amparo Iglesias Luque
Como lagartijas al sol de Rosa María Díaz Roldán
Fragmentos de una mente sin memoria de Misael Mejía Rojas

lunes, 14 de marzo de 2016

Otra carta de amor

Querido o querida,

El amor nunca será lo que esperabas de él. Y con ello no quiero que creas que esta afirmación significará algo malo para ti. Las expectativas fueron hechas para dos cosas, bien para decepcionarte o para impresionarte. 
 
Por todos lados te van a bombardear con concepciones del amor, ninguna de ellas es cierta y a la vez todas lo son. No pretendo confundirte y disculpa si eso he hecho. Aunque termines de leer estas palabras y sigas sin entender, no te desanimes. Eventualmente lo harás. Recurre a cada gramo de paciencia en ti. Valdrá la pena.. 
 
Antes llegué a ver una o dos telenovelas, no sé si seguirán siendo iguales. Una chica, desamparada, tiene un encuentro fortuito con un flamante, casi perfecto, chico. Otra persona, el malvado de turno, quiere conseguir bajo cualquier concepto a uno de los dos. Logra interponerse entre ambos con muchas artimañas que al final son descubiertas. El amor triunfa, fin.. 
 
Las relaciones en los libros pueden ser más variadas, y en oportunidades extensas. Dos personas que se odiaban terminan amándose. Dos personas que no debían estar juntas, lo están, luchando contra la sociedad. Uno de ellos, con problemas personales del pasado, descubre a través de esa otra persona que es posible abrirse sentimentalmente. El amor triunfa, fin.. 
 
Las películas, dependiendo de cuál veas, pueden dar distintos giros también. Relaciones que terminan y vuelven y terminan y vuelven, madurando en el proceso. Jóvenes que se encuentran a sí mismos gracias a su relación. Descubrir esa persona donde menos lo esperaban. El mundo cayéndose a pedazos pero al final los dos héroes le ganan al apocalipsis. El amor triunfa, fin.. 
 
Yo aún no encuentro mi concepto de amor, y si lo hiciera no te lo diría. Quizás no te funcionaría así que no gastaré mis letras en ello. 

Solo deseaba escribirte para pedirte lo siguiente:
  • No te rindas con el amor, ya sea que tú llegues a él o viceversa, allí está y tarde o temprano tropezarán. 
  • Si tu amor es junto a alguien, ama a esa persona, sin limitarte ni un poquito. Aunque temas que no funcione al final.
  • Si tu amor es junto a ti, ámate, con todas tus fuerzas. No esperes que nadie más lo haga por ti.
  • Si tu amor es junto a mí… Ámame, prometo amarte de regreso.
Atentamente, suya

miércoles, 9 de marzo de 2016

Divagación inclasificable

Siempre tuve problemas al clasificarme en una etiqueta, y muchas personas que conozco tienen la misma dificultad para definirme. En consecuencia también me cuesta horrores elegir cosas favoritas. Si me preguntas mi película o canción preferida, probablemente encogeré mis hombros sin saber qué responder. Sé que suena algo tonto, ¿quién quiere ser catalogado como un producto en una tienda? Nadie, dirán, pero a veces de forma infantil llegué a desear ser encasillada socialmente. Pensé que era necesario para hacer amigos. Creo que en algún momento todas las personas que luchamos por ser extrovertidas lo hicimos.

Mi colegio, como la mayoría, por no decir todos, se veía internamente clasificado por grupos. Las típicas películas adolescentes no distan mucho de la realidad. Estaban los populares, lo atletas, los nerds, los rockeros y pare usted de contar. Al ser “inteligente” muchos llegaron a decirme cerebrito, nunca me sentí de esa forma. Y el que llegó a conocerme tampoco lo creía del todo. A pesar de tener notas bastantes decentes, disfrutar de la lectura y tener buena memoria, me hacía falta algo. 

Con el tiempo, mirando atrás, pude entender qué se sentía mal con esa clasificación. Nunca tuve el gen que se requiere para seguir órdenes y reglas con facilidad o la responsabilidad de hacer asignaciones. Ambas características tan “típicas” de un cerebrito. Si no estoy haciendo lo que me llama la atención puedo aburrirme con mucha facilidad. Si una tarea no despierta mi interés, no querré realizarla, solo una obligación mayor podría forzarme a ella (a último minuto, claro está). 

Con respecto a eso de las normas me viene a la mente una anécdota de mis últimos años de bachillerato. Solía comer mis uñas y recientemente había dejado de hacerlo, una gran meta para mí. Decidí comenzar a pintármelas para recordar que no las debía morder. Estudiando en un colegio religioso esto no era muy bien visto en las niñas, empecé a recibir regaños, cosa nueva en mí. No entendía qué tenía de malo y nunca recibí una respuesta satisfactoria. Así que allí estaba yo cada día, con quince años y sintiéndome rebelde, pintura del color más resaltante que mi madre poseía esperando recibir el respectivo algodón con removedor de esmalte. Era tan divertido. Al graduarme nunca volví a pintar mis uñas.

En esto de andar definiéndome me vino un día a la mente la pregunta “¿Qué tipo de blogger soy?”, mucho más fácil de responder a “¿quién soy?”, supuse. A pesar de contar con un blog hace bastante tiempo, es apenas ahora que me estoy adentrando realmente en el mundo de los bloggers. Me fui a internet, donde cualquier pregunta puede ser respondida y busqué. Al final todos concuerdan en nombrar 7 tipos, les dieron distintos nombres pero las clasificaciones no se diferencian mucho entre sí. 

Analizando mucho, si es estrictamente necesario meterme en una de esas 7 cajitas, tendría que ser en la de Blog personal/Yoblogger/Escritor de diarios. Es el título que más se acerca a mí, por lo menos. Me gusta contar cosas y no lo hago por dinero, cierto, sin embargo no me satisface del todo. Quizás me desagrada eso de la irregularidad que caracteriza a esta raza. Me disgusta cómo manifiestan lo complejo de conseguir éxito (que obviamente se traduce en dinero en este mundo) cuando yo me siento tan exitosa con lo que he conseguido. 

Responder qué tipo de blogger soy me deja con un mal de sabor de boca, al igual que cada vez que trato de responder quién soy. Tal vez hace falta un nuevo tipo de clasificación o acaso debo dejar de intentar entrar en cajas. ¿Ustedes qué creen? ¿Entran en una de esas categorías o se sienten como yo? 

jueves, 3 de marzo de 2016

Booktag "La arepa literaria"


Precaución: al finalizar esta entrada habrás leído tantas veces la palabra arepa que quizás te provoque comer una.

Me gusta creer que TODO el mundo ya sabe lo que es una arepa, pero para los que aún no conocen esta maravilla se las presento:
Arepa 
1. Pan de maíz, de forma circular, que se puede cocinar asado o a la parrilla; se rellena o acompaña con diferentes ingredientes según las regiones; es típico de América, especialmente de Colombia y Venezuela.
El pan nuestro de cada día del venezolano, se puede comer acompañada de lo que se les ocurra. Debo confesar que yo tengo una relación de amor-odio con este plato típico. Por lo general suelo decir que no me gusta, a veces deseo mucho comer una arepa. Locuras de la vida.

Recientemente Génesis, de "Ojos soñadores" me invitó a participar en este booktag llamado "La arepa literaria". Consiste en elegir un libro acorde a distintos tipos de arepa (sí, tienen nombres distintos por cada relleno o forma de preparar). Allí vamos. 

1.- Arepa quemada: (Una arepa que se quemó, no hacen falta muchas explicaciones) Un libro con fuego en la portada
 
Harry Potter, ¿acaso podía pasar este booktag sin un libro de esta saga?

2.- Arepa Viuda: (Arepa sola, sin relleno) Un libro que le faltó contenido
 
 A este libro le faltó contenido de forma literal, como 30 páginas en blanco.

3.- La arepa pelua: (Arepa con carne mechada) Un libro con trama complicada

Lo complicado está en la forma de narrar, puede resultar pesado para lectores principiantes.

4.- Arepa dulce: (Arepa preparada con azúcar, generalmente acompañada de queso) Un libro cursi

Atracción sin límites, ¿hace falta decir más?

5.- Arepa frita: (Fríes la arepa en aceite y voilà) Un libro con la portada dorada

¿Se nota que amo a Agatha?

6.- Arepa reina pepiada: (Mi favorita, pollo y aguacate) Un libro con monarquía

¡Bienvenidos al reino de Fantasía!

7.- Arepa con queso: (Clásica, con queso y mantequilla por favor) Un libro devorado rápidamente

Muy fácil de leer y un clásico también.

Me toca elegir las próximas víctimas, lo dejo a elección de cada uno. Si te pareció interesante el tag, o si te provocó comerte una arepa, ¡anímate!