sábado, 11 de abril de 2015

Manual del correcto besador

Besar 
Tocar algo o a alguien con los labios juntos y separarlos haciendo una pequeña aspiración, en señal de saludo, cariño, amistad o reverencia.

Si tomas la decisión de besar a alguien, toma primero la decisión de olvidar esta ridícula palabra: timidez. Si un beso es lo que quieres dar, hazlo como si en ese tacto dijeras cada una de tus emociones. No hay nada peor que tener un "te amo" atascado en la garganta y terminar expresando un insulso "te aprecio", así que usa esa arma tan poderosa para gritar tu amor.

Los besos en las mejillas están, muy definitivamente, subestimados. Se reparten como caramelos en halloween. Aparentemente la gente olvidó que los niños buscan caramelos por una razón en especial: el azúcar. Y estos besos en la mejilla que tanto se gusta dar están muy faltos de ese dulce que los hacen tan deseados. Hay que parar con esa tradición sin sabor con unos muy simples pasos. Roza primero su piel con la yema de tus dedos, un contacto delicado que anticipe lo que está por venir. Una vez hecho esto queda lo más importante, y algo que la mayoría pasa por alto, besa su mejilla. Si sus mejillas se están tocando e hiciste ese sonido desagradable en su oído, entonces lo estás haciendo mal. ¿A quién acabas de mandar ese beso? ¿Al aire? ¿A un cachete anónimo en la distancia? Dale un poco de protagonismo a tus labios, ellos sabrán que hacer.

Besar los labios de otra persona puede ser mucho más complejo o tal vez terriblemente simple, depende de cómo se vea. Puede llevar un par de segundos llegar a eso pero se puede sentir como una eternidad. Pregúntate qué deseas transmitir, ¿amor o deseo? ¿Hay deseo en el amor y amor en el deseo? Una vez tengas claro este punto, puedes proceder. Agárrale por las mejillas, el cuello, la cintura, la espalda o por donde te provoque; con fuerza o delicadeza siempre y cuando se sienta adecuado. Hazle sentir que te pertenece y que le perteneces. Despréndete y deja que sean sus labios los que continúen con ese juego tan exquisito. Con premura y descontrol o lento y calmado, bien sea un roce sutil o el choque de dos urgencias fundiéndose. Ya ninguno de los dos es dueño de nada pero a la vez todo es de ustedes. Esos labios, esas lenguas, esos dientes, esas manos, ese amor, ese deseo, todo le pertenece al beso; pero ese beso, eso, es suyo. 

Si vas a besar, sea donde sea, besa, disfruta, siente.

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