martes, 11 de junio de 2013

Dear demons...

Queridos demonios, hoy les escribo a ustedes personalmente porque siento que ignorar a alguien es malo. Hasta el más fuerte necesita que alguien le hable y quizás a ustedes nunca le habla nadie. No sé que decirles, siempre me ha parecido graciosa esa forma de referirse a ustedes: "Demons". Es un término muy ambiguo y supongo que en cierto modo está acorde a nosotros los humanos. Un demonio antiguamente se creía protector, luego se ganó su fama de ser malvado. ¿Acaso en verdad existen? Para efectos de esta carta digamos que si.

Todos tienen sus demonios, buenos o malos. La mayoría considera que son malos, que acosan y lastiman. Me pregunto si será cierto. Quisiera conocerlos y preguntarles sus nombres y a que se dedican. ¿No sería una verdadera ironía que esos demonios que tratamos de exorcizar sean también nuestros protectores? O quizás no funcione así y dentro tengamos una lucha de demonios buenos y malos. Y en ese ejercicio de "sacar nuestros demonios" estemos haciendo que los buenos se vayan y terminamos solos y desprotegidos ante los malos.

¿Por qué son tan extraños ustedes? Sean buenos o malos me gustaría entenderlos un poco más. ¿Puedo domesticarlos y usar sus "poderes" a mi favor? ¿O su terreno es prohibido para mi? La otra vez leí una frase que tenía algo que ver con encontrar demonios compatibles entre dos personas. ¿Eso existe? ¿Mis demonios pueden coexistir con los de alguien más sin chocar? Hago muchas preguntas, disculpen, no se molesten. Solo deseo saber como controlarlos un poco. Quizás esa sea la respuesta, se molestan y atacan sin compasión a quien los molesta. ¿Hice algo para molestarlos? 

Me despido, mis queridos y odiados demonios, sin comprender de ustedes más de lo que hacía ayer. Sigo sin saber sus nombres, tampoco sé sus intenciones, si hacen un bien o un mal y aun no logro descifrar como sacarlos. Solo sé que están allí y quizás algún día tenga la fuerza que requiere deshacerse de ustedes, si es posible.